Rutinas

Los seres humanos, somos realmente especiales.

De pequeños tienen que enseñarnos a desarrollar hábitos. A nuestros padres les cuesta Dios y ayuda que tengamos una serie de rutinas que harán de nuestra vida algo mínimamente organizado y coherente.

Sin embargo de mayores nos cuesta Dios y ayuda salir de nuestras rutinas cotidianas. Menos mal que en casa algunas veces es imposible.

Hoy he recordado una anécdota de hace semanas, que ilustra lo que digo.

Antecedentes:

El chino de nuestro pueblo es un chino que está aguantando la crisis de maravilla en un municipio donde han quebrado dos chinos antes que él.

Nunca he querido pensar el porqué. Mi estómago prefiere no saberlo.

El chino de mi pueblo, al único que entiende de mi casa es al niño. El niño cuando llama al chino habla como el chino pero en español y el chino le entiende. Llamo yo y le hablo en español y le tengo que repetir siete veces lo mismo., Ejemplo práctico:

-un arró tré delisia (el niño)

-Un arroz tres delicias (Yo)

Así que hemos designado al niño Interlocutor Oficial con el chino.

-¿Pedimos chino para cenar hoy?

-¡No consorte, chino noooo!

-Chino siiiii, porque me gusta el chino y yo no me quejo cuando vosotros pedís pizza. Pizza que yo no puedo comer y me toca comer ensaladita mientras vosotros zampáis sin compasión delante de mí. Así que hoy, chino.

-¡Niño, pide chino!

Así sin más. Y es así porque nosotros llevamos pidiendo lo mismo en el chino, desde hace años. A saber:

1 Rollito especial (delicia que nadie sabe en qué consiste y que se come el consorte en solitario. Nadie más se atreve)

2 arroz tres delicias. (arroz blanco con guisantes y algo que recuerda a trocitos de tortilla francesa)

2 tallarines con gambas (macarrones con salsa de soja, brotes de soja y dos gambas para que el chino pueda poner en el menú el plural de la palabra gamba)

2 verduras con gambas (lo mismo que lo anterior cambiando los macarrones por repollo y zanahoria)

1 Cerdo Chao sao (rodajitas de vaya usted a saber qué con una salsa que nos gusta)

1 Wong tong frito (Riquísima masa rellena de vaya usted a saber qué, que la que escribe solo come lo de alrededor, por si acaso)

1 Pan chino (bola de masa indefinida que si el chino calienta lo suficiente al microondas está buena, sino el centro está congelado)

Este menú está estudiado al milímetro para se llegue a los 30€ necesarios para que nuestro amable chino nos regale una botella de “Licor de flores”.

Después de muchas teorías de cómo elabora el licor de flores, la que gana como probable es aquella que dice que coge una botella de alcohol, le echa unas gotitas de cualquier licor barato del mercado, coge las flores de plástico que tiene en las mesas del restaurante, las mete dentro de la botella, les da unas cuantas vueltas y ¡Voila! Ya tenemos el “licor de flores” y los centros de las mesas limpios.

Nuestro interlocutor empieza a pedir la comanda en “espanchi”, pero algo es diferente.

-¿Cómo que numero? Yo no tengo número colega. ¿si? ¿seguro? Espera.

¡¡¡Mamáaaaaaaa acercame el papel del restaurante que ahora va por número!!!!!

-Si gritas un poquito más te ahorras el teléfono con el chino. Directamente te oye desde el restaurante. Toma.

Papelito de publicidad del restaurante con todos los platos del menú con sus correspondientes números.

-sí. Si colega 21 tallarine con gamba…

A los quince minutos está a la puerta la moto del chino con el pedido.

La mesa está puesta y todo listo. 3, 2, 1 ¡¡¡ A comer!!!

-Oye esto que es

-¿Ni idea y esto?

-¿¿¿¿¿¿¿Oye pero tú que has pedido???????

-¡¡¡Yo lo mismo de siempre!!!

-Pués ya me cuentas, porque esto se parece mucho a unas berenjenas.

-A ver si es que se ha equivocado de pedido

-¡¡¡¡¡¡¡¡El chino no se equivoca nunca!!!!!!!!! Que es colega mío y yo te digo que no se equivoca. Ese chino es perfecto.

El consorte y yo nos miramos.

-¿Tú sigues con la chica ésta que sales no?

-¡Iros a la mierda! Voy a llamar a ver qué ha pasado.

-Hola soy yo El Niño, oye que el pedido no es el mio….

-Yo pido 2 arró tré delisia

-si número 24. No, no número 31, número 24.

-No, no en papel mío no. En papel mío número 24 arró tre delisia no Chao La Fan ¿qué e Chao La fan? Ahhhhhhh

-Pera, Pera. Donde….pera…. 2011

-No yo solo tengo este papel. Jodeeer yo no tengo nuevo. Vale vale. Llamo vuelta ahora mimo, vale.

Que estamos desactualizados. Que hay un nuevo menú que han sacado en abril y que nosotros tenemos el viejo.

-Mira a ver si convences a tu colega para que te lo cambie y que traiga lo nuestro y le devolvemos lo que ha traído.

-Hombre no creo que quiera, pero lo puedo intentar.

-¡Pero si ni lo hemos tocado!

Y de pronto nos miramos los tres…

Mientras nosotros estábamos desentrañando el misterio del menú, la piraña que habíamos dejado sola en la cocina estaba dando buena cuenta de los nuevos manjares en solitario y sin que nadie le pusiera coto.

Entramos y allí estaba. La niña sola y feliz con todas las viandas para ella.

-Fuef efto nuevo eftá buenísimo ¿¿ehh? Probadlo. Probadlo que si no se termina.

-Colega, que soy El niño, que está bien que nada, que comemo esto, vale, vale, adiós.

Así hemos abierto nuestro horizonte en el menú de nuestro chino. Y claro, le hemos pedido un papelito de los nuevos, porque en definitiva, nosotros somos gente rutinaria.